Y... el tiempo, su carencia... tema eterno, nunca tan bien dicho. Y como tal, plausible de ser tomado y retomado en cualquier momento.
Casi que mejor retomar desde el ahora, nada más, "¡ni nada menos!", acota saltando de su silla el doctor Fritz... y ahora, me viene a la cabeza el curso que estoy haciendo de "monitor/a d'activitats de lleure infantil-juvenil", es decir, monitor de ocio y tiempo libre, que viene a ser algo así como un animador de fiestitas infantiles (no se entusiasme, padre Grassi, que no va por ahí la cosa). He sido testigo privilegiado de un fenómeno muy interesante al que nosotros, los nuestroamericanos, no estamos acostumbrados: el bilingüismo...
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Ahora me doy cuenta de lo difícil que me resulta explicarlo... contar la experiencia sin su contexto me parece un pecado, pero tampoco me quiero meter en un brete, hablando de política y nacionalisme català, cosas para las cuales no me siento calificado... el evento en sí es el que sigue:
un grupo de personas mayores de 18 años: N = 23 {sujetos}, con una media de 23 años {media super mentirosa, dado que los más chicos tienen 18 y los más grandes cuarentaitantos}; la mayoría catalanes, aunque también algunos inmigrantes (entre quienes me incluyo); la motivación principal de la mayoría del grupo (entre quienes también me incluyo) es el hallazgo de trabajo: en la actualidad, España tiene un 20 % de población en paro, máximo histórico; el de Catalunya es un poco menor. El curso habilita para trabajar en diferentes contextos: ludotecas (como bibliotecas barriales de la generalitat, aunque un poco más divertidas, como el nombre sugiere), en comedores, colonias de vacaciones, entre otras cosas. Lo que me importa resaltar no es lo que nos dan, que viene a ser lo típico de este tipo de cursos: jueguitos que probamos nosotros mismos, algunas nociones del mundo educacional y de psicología evolutiva, y demás previsibles etcéteras.Decía que lo interesante del curso es que, sin mediar aviso ni nada, el profesor pasa del català al castellano con una fluidez acojonante. Acto seguido, tira 2 o 3 palabras en español, eventualmente toda una frase (nota psicológica: muchas veces se observa el cambio de lengua justo en el momento en que el profe cita a un hipotético padre quejoso o una maestra insatisfecha). En cuanto a los alumnos, se observa que la mayoría emplea mucho más el castellano, incluso cuando hablan entre catalanes. Cuando llegué a Catalunya pensé que con sólo hablarles en catalán, me responderían en catalán, pero gran sorpresa gran!, al ver que muchos catalanes (sobre tot barceloninos) están tan acostumbrados a hablar en castellano que lo acaban empleando casi con exclusividad.
Cuando comienzan los trabajos en grupo pude prestar atención al ruido de las voces, mezclándose en el aire, y creía ver burbujas gigantes, envolviéndonos a todos, cual viscosos campos de océano: el lenguaje y su descripción a manos del laberíntico Saussure, ondulando ante mis ojos... escuchaba, en tanto, cómo irremisiblemente, y para mi tristeza, todas las conversaciones acababan en castellano.La excepción la constituyen quienes son hijos de progenitores catalanes y viven fuera del ejido del barcelonés. A estos, cuando se les pregunta algo, en catalán o en castellano, responden en catalán.
Tomando en cuenta el evento inmediato ("la experiencia!", resopla el doctor Fritz, impaciente por ver a dónde va esto), quizá parezca poco interesante, pero les aseguro que ser testigo de ello no lo es en absoluto, no sólo por los aspectos socio históricos implicados en este fenómeno, que constituyen el fondo de la figura, ineludible para una comprensión más acabada, sino también por sus consecuencias directas en mi vida: es casi más jodido encontrar un catalán en Barcelona que, sin necesidad de que uno lo instigue a hablar en su lengua nos hable catalán, que encontrar un legislador honesto en la ciudad de Córdoba. Y no que sea grave, pero para una persona que tiene ganas de aprender una lengua (como yo), que encima le da un poco de vergüenza cada vez que ha de iniciar una conversación (en catalán; en español no tengo problemas), pues la cosa de aprender la lengua se pone peliagudo, no-sé-si-sentiende.
Yendo más a lo biográfico (más valdría "geográfico"), puedo decir que por fortuna el curso se dicta a escasos 15 minutos-tortuga/embalsamada de nuestra casa, en L'Hospitalet de Llobregat, y que entro a las 8 de la mañana, siendo de los 24 el que más cerca está, y, como versa la tradición, siendo de los "primeros en llegar tarde".
Poco puedo agregar, al menos por ahora... ya me he encontrado con otros argentinos, interesados como yo en aprender la lengua, y que han llegado más lejos al lanzar la consigna "parla'm en català, si us plau" ("háblame en catalán, por favor"). Esto último me dio a pensar en su momento que esto que me pasaba a mí no era, ni mucho menos, un fenómeno aislado, sino más bien un patrón que se repite en las inmediaciones de Barcelona. Y para terminar de pintarle la cara a tan bonito tema, reproduzco lo que un cuyano, sumamente cordobés, me dijo al respecto del català: "en realidad, sólo tenés que mutilar un par de grafemas y ya está... pronunciar algunas "o" como "u", juntarse algunos conectores y hablar cagando como con llagas en la boca a la par que empleando la tráquea en lugar de la nariz (como el francés) ni la boca (como los hispanoparlantes)", lo cual, aplicado a la propia frase sería algo así: "en realitat sul tens que mutilá un par graféms i ja'stà... pronùncies alguns o com ú, i parlas cagànt com com llagas ala bòc, emplejant la traque'n lloc del nas (com françs) ni la bòc (com els hispanuparlants)"... ("per la nena, camone", decía Pinti, parodiando a un argentino en Italia). Ante tales ejemplos de catalán silvestre, por llamarlo de alguna manera, els catalanes suelen reaccionar con hermosas sonrisas, incluso alguna que otra carcajada, y no es para menos.

* * *
Pd: Para el que le interese, recomiendo un artículo acerca del bilingüismo que salió en un periódico independentista catalán el año pasado. El diario es tan nacionalista que lamentablemente no tiene edición en castellano, pero creo que el artículo se puede comprender sin mayores dificultades.
http://www.avui.cat/noticia/article/7-vista/8-articles/261488--lanomalia-monolinguee-.html
Pd2: Los esquimales tienen algo así como cinco palabras diferentes para decir "nieve", diferencia que no estriba en meras arbitrariedades lingüísticas. Una cultura no "inventa" palabras porque sí, lo hace por necesidad: no es lo mismo correr sobre la primera nieve del invierno, que correr sobre la última que se comienza a derretir: desconozco si serán esas dos de las formas de llamar a la nieve, pero seguramente, en contrastes similares se basa la existencia de diferentes significantes para objetos que a nuestros ojos son idénticos.
La pregunta es: ¿cuánta sabiduría, guardada en las lenguas originarias americanas se habrá perdido al extinguirse éstas producto de la colonización? ¿Habrán existido vocablos diferentes para los que hoy, a falta de mejores palabras llamamos "tormentas pasajeras", "granizo", o (más actualmente) "alerta meteorológico", sin poder siquiera imaginar que esos cielos eran descifrados por los antiguos moradores de esas tierras, al observar otros fenómenos de alguna forma vinculados? ...
... nunca lo sabremos ...
Barcelona a la tarda, 21 de febrer (s'acosta una tempesta*)
(*) Se puede decir que a veces el catalán parece una joda =)
(=) Es pot dir que a vegades el català sembla a conya =D

coses de la vida:
ResponderEliminar------->> http://actualidad.rt.com/TiempoLibre/Cultura/issue_20927.html
Cultura | 22 feb 2011 | 07:22 MSK
CADA 14 DÍAS MUERE UN IDIOMA O UNA CULTURA ENTERA
=D jojo, lo que se reiría jc =)