martes, 29 de noviembre de 2011

Así habló Tekhnotustra



Cierra la mejor semana del año en el Ibex (la bolsa de Madrid)... ¿el efecto Rajoy? 
La Merkel más dura que nunca... pero dura o no, yo, como que a esta película ya la vi, le aseguro: Señora, vaya comprando un monedero nuevo, que se vienen los Lecor, los Lecop y los Patacones, más que Euro de 2 velocidades vamos a acabar con una ensalada de pseudo monedas que ni caja 'e fórmula uno! 
Recuperado el 2/12/2011
 Ahora estamos llegados de Barcelona, viviendo la bendita maldición de los orientales, esa que dice "ojalá te toquen vivir tiempos interesantes". Tere va percibiendo en diferentes frentes la noventización, la argentinización de nuestra España: recortes y ajustes, docentes a la huelga, los medios propagando el miedo y protegiendo el discurso de mentirosos, tecnócratas vendiendo la solución, políticos comprándola, y es que no hay mentira más peligrosa que la que se ajusta al anhelo del engañado. De nuevo, a esta película ya la vi: en la Argentina se habló entonces de "Super poderes", que le permitirían al Ministro de Economía (o mejor dicho, al "Super Ministro de Economía") tomar decisiones sin pasar por el Congreso. Quienes defendieron estos fueros temían por la delicada situación financiera reinante (meses antes del famoso corralito del 2001)...
- "Entonces ¿estamos mal Ministro?"
- "¡En absoluto! Nuestro sistema financiero está muy sólido luego de los últimos tres planes exi-, ¡sugeridos! por el FMI. ¡Fíjese nomás el nombre del último plan! ¡Blindaje económico! Pero si era la coraza que faltaba, ahora sólo nos hace falta recuperar-la-confianza-de-los-mercados. (Nota al margen: siempre se habla de la necesidad de recuperar la "confianza de los mercados", nunca de recuperar "la confianza de la gente") Y para recuperar-la-confianza-de-los-mercados harán falta importantes gestos-de-grandeza: lo primero, reducción-del-gasto-público (Nota: "los opuestos se tocan" dice el Tao). Lo segundo, ¡patriotismo! Tanto queremos a la patria que no queremos que su honor se vea manchado en ningún rincón del mundo: ni en Hong Kong, ni en Nueva York, ni en Frankfort, ni en Roma, Madrid o Tokyo, ¡ni muchísimo menos en París! Y como amamos a la patria, ¡honraremos su deuda internacional para que nadie en el mundo pueda decir que la Argentina no es un país honrado! (Nota: ¡Sí señor! "¡Pobre, pero honrado!") Y, permítame agregar que este amor a la patria no tiene que verse mermado por el hecho de que en los últimos 10 años todas las empresas del estado así como también los fondos de jubilación hayan quedado en manos de capitales extranjeros, o porque los expertos del FMI nos deman-¡sugieran!, ciertas modificaciones en nuestra política educativa o sanitaria".
* * * 

 ¿Qué tal? "Grandeza" para reducir, "patriotismo" para honrar la deuda extranjera (ni hablar de la deuda interna). ¿Cómo se justificaba otorgar semejante poder a una persona? Igual que se justifica hoy: al ritmo crepitante de los mercados los políticos desnudan su impotencia, que es idéntica en épocas de bonanza, salvo por el hecho de que se nota menos. Ante esto, y dada la impericia de los dirigentes para solucionar las cuentas, se necesita de alguien que ayude a paliar el "temor-en-los-mercados". Es en ese contexto que surgen los tan mentados "tecnócratas", que se supone tienen la-solución-a-todos-nuestros-problemas... ¿A todos nuestros problemas? Pues sí, porque son-las-finanzas-las-que-mueven-al-mundo... Pero... ¿son las finanzas las que mueven al mundo?... Aquí es donde comienza el cisma, la polémica.
 Recuerdo cuando por aquellos años (finales de los '90, principios del 2000), en el gobierno argentino comenzaban a pulular por todos los ministerios especialistas en economía y, lo que llamaba mi atención, el respaldo tácito de nuestra sociedad a esta política de Estado, consistente en la completa ausencia de política de Estado. Como se escucha en las marchas del 15M: "A los mercados, ¿quién los ha votado?". A Cavallo, el Super Ministro de Economía que fuera llamado a apagar el incendio que su propio plan de Convertibilidad había gestado durante una década, ¿quién lo votó? Está claro que nadie... pero si tras la colisión con el iceberg el capitán titubea y a la par surge un reputado señor que dice tener un plan para salvar la situación, la tripulación prefiere desconfiar del capitán y confiar en el reputado desconocido. ¡Vamos, que antes que una verdad de mierda es preferible una mentira esperanzadora! La sociedad no se preguntaba por qué los representantes del pueblo, elegidos por aquél para reflejar la voluntad de las mayorías, delegaban nuestro destino en "especialistas"; preferíamos confiar en que el padre de la bestia conocería mejor las mañas de su creación, a la par que habíamos de olvidar que había sido el propio Cavallo quien había estado criando cuervos desde que propulsó el alquímico plan de Convertibilidad. Se podría decir que muchísimos argentinos caímos en lo que Orwell llamaba en 1984 <doblepensar>.
 Lo que quiero cuestionar es esta idea omnipresente en la actualidad: ¿las finanzas mueven al mundo? Se nos acusará de materialistas, pero puestos a analizar el problema de qué es lo que mueve al mundopienso que la respuesta más obvia, inmediata (y acertada) sería: "el oro negro". Son el petróleo y sus derivados los que nos han permitido acelerar a niveles insospechados el ritmo de nuestras vidas. El petróleo, sus derivados y, habríamos de agregar, una disponibilidad que pareciera-no-tener-fin, al menos en el inconsciente de la mayoría de nosotros. Como en apariencia la lata no se acaba, como siempre se consiguen un par de litros aunque sea "un poquito más costoso", nunca llegamos a cuestionarnos el origen ensangrentado que la gasolina y demás derivados del crudo tienen. Y decimos "demás derivados" porque los empleos son inconmensurables: desde bolsas y materiales plásticos, carpeta asfáltica, pinturas, gasolina, sin olvidar los fertilizantes que permitieron "la revolución verde", entre tantas otras.
 Otro ejemplo de nuestra escasa conciencia: en Europa vivimos como un derecho humano universal el vivir en un ambiente a 21º (aunque afuera hagan -1º), pero lo cierto es que para que nosotros podamos acceder a este derecho, tantos otros (a quienes nosotros no vemos) tienen que renunciar a muchísimos derechos tanto y más fundamentales. Por ejemplo, ¿cómo pagan Francia o España su petróleo? Un diputado francés dijo que a Gadaffi en los últimos dos años se le habían vendido helicópteros de combate y armas, así como los españoles habían incrementado el comercio con el régimen libio de manera exponencial en los últimos años (entendiendo comercio como venta de "material bélico")... Luego los yanquis, disfrazados por la Otan, es decir, un italiano en suelo español queriendo hacerse pasar por francés con acento alemán hablando en inglés, justificaban la necesidad de tumbar un régimen tiránico, déspota, sanguinario, al que (doblepensar) en los últimos 5 años habían estado armando hasta los dientes a cambio de un buen precio de crudo.
 Por otro lado, hemos de reconocer que son las finanzas las que impulsan la guerra, pero sin el petróleo no habría con qué hacer armas, trasladar tropas, arrojar bombas... Cuando los mercados arden, las acciones hacen tambalear al mundo pero al desvanecerse, desaparecen, como si nunca hubieran existido y sólo quedan de la debacle algunas pensiones de lujo para altos cargos o algún corredor arruinado que se ahorca con su corbata. Cuando el petróleo arde, en cambio, lo destruye todo y no deja nada. Sin el crudo, hoy, no habría con qué especular, o habrían otros intereses ("creados" o creables), pero sin petróleo no tendría sentido tal especulación.
 Creo que podemos estar de acuedo en que al fin de cuentas, las finanzas no podrían llegar demasiado lejos sin el petróleo (o si no pensemos en Mingo Cavallo yendo cuesta abajo en monopatín... las finanzas no llegarían mucho más allá). El problema ante nosotros es un problema de recursos, de disponibilidad. Lo que Schumacher llama "el problema de la producción", una cuestión que la economía, tanto la actual como la de los '70, menosprecia o ignora: las consecuencias cualitativas que la explotación sin límite tiene, consecuencias que podrían pensarse como un costo distinto al económico, mucho más esquivo y difícil de medir y que podríamos llamar de diferentes maneras, por ejemplo "costo social", "costo sistémico", "costo ambiental" (considerando al hombre como parte constituyente); nos referimos al costo verificable en las condiciones concretas de existencia que tiene la explotación inescrupulosa de los recursos no renovables de una sociedad (aunque no sea la nuestra).
 ¿Por qué no se toma en consideración esta cuestión? Porque, por ejemplo, ¿qué coño puede saber un economista del daño ambiental que genera una de estas nuevas urbanizaciones periféricas, que pululan tanto en Europa como en Latinoamérica?
- "Oye, pero ¿y eso qué tiene que ver con el petróleo?"
- Pues que esta noción de "ciudades dormitorio" lleva implícito un serio problema del transporte. En la actualidad tienden a crearse grandes concentraciones demográficas en áreas que otrora constituían las lindes de los municipios, la periferia. Así, la gente tiende a vivir alejada de su lugar de trabajo, teniendo que desplazarse varios kilómetros diarios para llegar al laburo/curro. ¿En qué se moviliza?
- En Metro o tren, la mayoría...
- ¿Y la electricidad de dónde viene?
- ...
- En España (potencia mundial de las renovables por sus molinos), sólo un cuarto viene de fuentes renovables (y esto con viento a favor, es el caso de decirlo). Luego que no hay que olvidar los millones que se trasladan hasta la estación en coche, los miles que van en bus o los que directamente van en su propio coche.
 Volviendo a los tecnócratas, si de algo podemos estar seguros es de que estos señores no se pondrán a discutir esos "otros costos" de las políticas de ajuste que sugieren, porque sencillamente no es para lo que estudiaron: ellos saben de tablas de predicciones, estadísticas, complejas fórmulas matemáticas, es decir, dialéctica financiera: sólo existen costos y beneficios económicos, sólo existe lo mensurable, no ven el bosque, sólo "un montón de leña". Ahora, si el nuestro es un problema de recursos, o mejor dicho de la escasez y no sólo de la gestión de estos (en lo que estos modernos sabios de Sion tal vez podrían iluminarnos), ¿por qué unos frikis de las matemáticas, de las apuestas y con cierta intuición para los negocios habrían de guiarnos mejor que los políticos?
 Tampoco quiero que esto se vea como una loa a esos entrañables hijos de mil puta que uno ya conoce y llevará siempre en algún rinconcito putrefacto del corazón (mal que nos pese...). Lo que quiero decir es que si podemos llegar a un acuerdo en que el nuestro es un problema de recursos, bien podemos también estar de acuerdo en que, ante la naturaleza del problema, tanto las patéticas trifulcas políticas como las convenciones de banqueros y hombres de negocios generan "soluciones" tan válidas como las que saldrían de preguntarle a un brujo o hacer una encuesta por internet.
 Imaginemos en la reunión de los banqueros la presentación del problema: "¡A ver señores!! Que somos 7 mil millones de personas y necesitamos comer todas.... y, si es posible que un cuarto de la población mundial no se vea afectada por cáncer, malformaciones genéticas y abortos espontáneos o se contaminen las napas de agua, ¿alguna idea? ... lo siento, señor Monsanto, lo suyo es voto cantado... ¿el resto? ..."
  Sí, sé que suena a exageración, pero para demostrar que no lo es, recomiendo las entrevistas hechas por Jorge Lanata en su documental "Deuda" a altos cargos del FMI. En una un tipo sostenía que "no hacía falta conocer una sociedad para saber de sus necesidades". ¡Es más! ¡El conocer a la gente era a la sagrada sapiencia de este pistolero algo que podía "afectar negativamente" su trabajo al incidir en su sacrosanta "objetividad" (o mejor dicho en la sacrosanta objetividad de los números)! No sé si se entiende la cosa: el tipo se dedicaba a prestar dinero para el desarrollo, que es para lo que el FMI (se supone) ha sido creado: para generar riqueza en el mundo sub desarrollado. Pero para generar riqueza en Haití, no hacía falta conocer a los haitianos... más bien había que revisar cifras e índices y dictarles "los deberes" en materia tributaria, productiva, sanitaria, educativa... todo para ayudar a que los haitianos puedan cumplir con el préstamo. ¡¡Es que hay que ser muy hijo de puta!!
 Repito el interrogante: ¿cómo coño estos señores pueden tener la solución a todos nuestros problemas cuando a lo que se dedican es a las finanzas, es decir, a números, fórmulas e índices? Y hablando de esos índices, tan objetivos: ¿de dónde coño los sacan? Lo digo porque al parecer indican nada menos que lo que ellos quieren que indiquen (y si no recuerden la bochornosa {e impune} calificación de S&P a Lehman Brothers en 2008)?... ¿Qué harán los tecnócratas para salvar el mundo? Bajo el imperio de éstos, ¿qué comeríamos? ¿Hipotecas subprime? ¿"Derivadas", esas acciones que ni ellos mismos pueden explicar? (Ver "Capitalism, a love story" de Michael Moore)?

 - "Bueno, disculpemé', pero si a este berenjenal lo han creado ellos, ¿quiénes si no ellos para arreglarlo? ¡Fijesé'! Los buscan en todas partes: en Grecia, el Papandreu ya es historia y en su lugar entró un banquero. Rajoy, como no tenía el número del Mingo Cavallo lo llamó a Rodrigo Rato, que fue cabeza del FMI. ¡Si hasta Berlusca tuvo que ceder su lugar a un gobierno de tecnócratas, porque ni siquiera Monti se salva!"
 ...
 No sé... tal vez tengan razón... tal vez sólo hay que esperar a que los que montaron la crisis financiera hagan lo que saben hacer y arreglen el mundo. Al fin de cuentas, son-las-finanzas-las-que-mueven-al-mundo... sí, mejor que venga uno de estos alquimistas, uno de estos sabios de la dialéctica financiera, uno de estos monjes del sagrado "libre-juego" de la oferta y la demanda, del costo y beneficio, en pesos, euros, yuanes, o dólares. Y por favor, que alguien les avise a los niños de Iraq, Afganistán y Libia que no desesperen, ¡nuestros banqueros y economistas están trabajando en la solución!

 Madrid, 2 de diciembre

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